Sudán, el último rinoceronte blanco del norte macho en el mundo, murió el lunes 19 de marzo en la reserva de vida salvaje Ol Pejeta Conservancy ubicada Kenia, según informó oficialmente Ol Pejeta Conservancy. El rinoceronte murió debido a problemas de salud derivados de su avanzada edad y por una serie de infecciones.
Empleados de Ol Pejeta Conservancy tomaron la decisión de terminar con la vida del rinoceronte de 45 años para poner fin a su sufrimiento debido a complicaciones en su salud. Estaba siendo tratado por cambios degenerativos en sus huesos y músculos, y por heridas extensas en la piel. Al principio del mes su salud había mejorado, pero en los últimos días su condición había empeorado y no podía mantenerse en pie. El domingo en la mañana su pata trasera izquierda cedió y no podía levantarse.
El director de Ol Pejeta Conservancy, Samuel Mutisya, dijo a Reuters que «Es muy triste perder a Sudan porque eso muestra claramente el alcance de la codicia humana y la clase de impacto que los seres humanos pueden hacer en la naturaleza».
Sudan anteriormente vivía en cautiverio en el Zoológico de Dvůr Králové en la República Checa, y fue trasladado en el 2009 a la reserva Ol Pejeta Conservancy en Kenia.
Cerca de la extinción
El rinoceronte blanco del norte —de nombre científico Ceratotherium simum cottoni— es una de las dos subespecies de rinoceronte blanco que antiguamente habitaba en África central, y que a diferencia de la subespecie rinoceronte blanco del sur, su población se ha estado reduciendo rápidamente, y actualmente solo quedan con vida tan solo dos hembras de la subespecie.
El número de rinocerontes se ha ido reduciendo a lo largo del siglo XX debido a la caza furtiva para obtener sus cuernos, muy demandados en Asia, en donde se utilizan cuernos de rinoceronte molidos para los mercados de medicina tradicional.
El personal de la reserva recogió material genético de Sudan que podría usarse en el futuro para intentar la reproducción de rinocerontes blancos del norte. Los científicos tienen aún la esperanza de evitar la extinción de la subespecie mediante la fertilización in vitro, utilizando gametos de las dos hembras que quedan, inseminando con semen almacenado de rinocerontes blancos del norte e implantar los embriones en una hembra de rinoceronte blanco del sur sustituta. Sin embargo hay críticos que señalan que esto tendría pocas posibilidades de éxito, ya que nunca se ha realizado una fertilización in vitro con éxito en la conservación de rinocerontes y la tecnología para llevar a cabo esto está a diez años de ser perfeccionada. Por eso, la reserva Ol Pejeta solicita donaciones para apoyar la investigación de la fertilización in vitro de estos animales.